sábado, 3 de noviembre de 2012

Siento verguenza



¿Alguna vez has sentido vergüenza de llegar delante de Dios?, quizá porque hiciste algo que no tenias que haber hecho, quizá porque a pesar de su aviso caíste siempre en la trampa, quizá porque sabias que no tenias que hacer eso o proceder de esa manera, mas sin embargo lo hiciste como creíste que era y todo salió mal.

Si tú eres humano como yo, sabes lo que es fallar a Dios, pues a diario lo experimentamos, si eres de carne y hueso estoy seguro que has experimentado en mas de alguna vez esa vergüenza que inunda nuestra vida, después de hacer algo que no teníamos que hacer, y sobre todo saber que a pesar de todo Dios sigue siendo fiel.
Al reflexionar sobre la vergüenza que sentimos muchas veces delante de Dios por haberle fallado, se me viene a mi mente el episodio de Adán y Eva fallándole a Dios, la Biblia narra su reacción ante el pecado del cual Dios ya había avisado: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.” Génesis 3:7-8 (RV 1960).

Lo que Adán y Eva hicieron es prácticamente lo que nosotros hacemos: sentir vergüenza y escondernos de Dios.

Y es que no vamos a negar que fallarle a Dios trae vergüenza, saber que Dios siempre ha sido Fiel y fallarle a pesar de eso, produce en nosotros una vergüenza de saber que no pudimos cumplirle.

La vergüenza trae como consecuencia el tratar de esconderse de Dios, ¿Cuántos después de haberle fallado a Dios no volvieron nunca a una Iglesia?, ó ¿Cuántos después de haberle fallado a Dios se auto excluyeron del cielo?, personas que pensaron que su error, su fallo era demasiado grande y que no merecen estar con un Dios tan bueno.
¿Por qué esconderse de Dios?, ¿Qué trae de bueno realizar esa acción?
¿Hasta cuándo vamos a entender que Dios no nos acusa?, ¿Hasta cuándo vamos a comprender que Él no es un acusador?, el diablo si es el acusador, Dios es el PERDONADOR.

Esa vergüenza que ahora sientes no te ha permitido ir delante de Dios, tú piensas lo siguiente: “¿Con que cara me voy a presentar delante de Dios después de lo que hice?”. Esa y muchas otras frases rondan tu mente de tal manera que lo que produce en ti es esconderte de Dios.
Dios te conoce tal y como eres, con tus debilidad y con tus virtudes, Él sabía que fallarías, Él sabía cómo actuarias, Dios no se siente avergonzado de ti, porque Él sabía lo que ibas a hacer, y a pesar de eso jamás te JUZGA, no te REPROCHA NADA, sino que te extiende su mano para darte un abrazo y perdonarte, si tan solo aceptas su perdón.

A veces pensamos que Dios perdió el concepto que tenia de nosotros, como que si a Dios lo podemos engañar. La gente quizá pueda perder el concepto que tiene de nosotros cuando hacemos algo que no teníamos que hacer delante de sus ojos, pero para Dios seguimos siendo los mismos que siempre fuimos, porque Él tiene el mismo concepto de nosotros que siempre tuvo, porque Él conoce nuestro corazón, más allá de nuestras acciones. La gente nos conoce por nuestras acciones, mas Dios nos conoce por nuestras intenciones.

Obviamente para Adán y Eva hubo una consecuencia, iban a morir, sus días en la tierra se acortaron, pero Dios no se olvido de ellos pese a su fallo. Yo veo el perdón de Dios a pesar de las consecuencias que la decisión de ellos dos iba a acarrear y aun hoy en día nosotros experimentamos esas consecuencias.
Veo a un Dios amoroso, pero sobre todo misericordioso desde el huerto del Edén, que a pesar del fallo de su creación, toma la decisión de realizar el primer sacrificio de la historia, y todo para el bienestar de los suyos: “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. ” Génesis 3:21 (RV 1960). Para crear ropa de pieles de animales, seguramente tuvo que sacrificarlos y estoy seguro que lo hizo por amor a los suyos, quitándole su ropa de vergüenza y colocándole ropa que Él mismo había fabricado para ellos.

Quizá nuestras acciones, fallos o pecados nos traerán consecuencias que en un principio no analizamos, quizá serán consecuencias duras o difíciles de sobrellevar, pero que tenemos que soportar, pero a pesar de todo eso, jamás debemos escondernos de Dios, porque Él no esta acá para juzgarte, para excluirte, sino para amarte, para perdonarte y sobre todo incluirte entre los suyos.

El sacrificio que Dios hizo para cubrir tu vergüenza fue enviar a su único Hijo a morir por ti, su sangre pago tus pecados y ahora tu eres libre de vergüenza, porque Jesús ya pago por ti, tú precio es precio de sangre, precio de un Cordero sin mancha y Dios lo hizo, solo porque te amo, más allá de juzgarte, Él quiere amarte.
¿Por qué no vas hoy delante de Dios y eres tú mismo?, sí, dile al Señor toda la verdad, de todas formas Él ya lo sabe, se sincero con Él, si, quizá te sientas con vergüenza, pero a pesar de todo lo que puedas sentir, debes estar seguro que Dios te quiere perdonar y darte una nueva oportunidad.

Que nunca se te olvide que el amor de Dios para tu vida es ETERNO y que siempre está dispuesto a perdonar a aquel que con un corazón sincero y transparente se arrepiente delante de Él.

¡Dios quiere cubrir tu vergüenza y otorgarte el perdón!

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