domingo, 4 de noviembre de 2012

No es fácil ser una princesa...



“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.”

Cuando de niños fantaseábamos con ser una princesa, lo primero que se nos venía a la mente era la corona, los vestidos, la fortuna y todas las comodidades propias de vivir en un castillo, incluso con gente a nuestro servicio, aún para facilitarnos las tareas cotidianos.  Pero no nos detenemos  a pensar en las obligaciones y responsabilidades que conlleva ser parte de una familia real. De igual manera, los hijos de Dios, a veces, pensamos mucho en las bendiciones, pero no queremos ni hablar de las palabras “Responsabilidades o Pruebas”.

“Y que El te pondrá en alto sobre todas las naciones que ha hecho, para alabanza, renombre y honor; y serás un pueblo consagrado al SEÑOR tu Dios, como El ha dicho.” Deuteronomio 26:19

Ser príncesa implica estar a la vista de todos, en un lugar alto, de privilegio, con mucha exposición. Nosotros, como hijos de Dios, también somos príncipes y es nuestra responsabilidad representar a nuestro Padre delante de todos, por lo cual es muy importante nuestro buen testimonio, debemos actuar con la dignidad que ese puesto requiere. Ahora cuando hablamos de un príncipe de Dios esto implica aún  más responsabilidades, porque el llamado es el de parecerse a su Rey!

“Porque eres pueblo santo para el SEÑOR tu Dios; y el SEÑOR te ha escogido para que le seas un pueblo de su exclusiva posesión de entre los pueblos que están sobre la faz de la tierra.” Deuteronomio 14:2

“Y el SEÑOR ha declarado hoy que tú eres su pueblo, su exclusiva posesión, como El te prometió, y que debes guardar todos sus mandamientos” Deuteronomio 26:18

El hecho de ser princesa  no lo exime del cumplimiento de las leyes vigentes en su reino,de la misma manera, los cristianos estamos llamados a ser Santos, apartados del mal, y a obedecer la ley de Dios y su palabra, a pesar de que estemos pasando por pruebas ¡Por eso una princesa de Dios, tiene que esforzarse y ser muy valiente! Dios te escogió, El sabe quién eres, y que puedes.

 “Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa.” Isaías 52:1

Si todavía no has estado cumpliendo con tus obligaciones y responsabilidades que demanda ser un princesa de Dios ¡Levántate! No eres cualquier persona, eres de la realeza ¡Vístete de poder como la princesa que eres! Da el ejemplo y más si estas pasando problemas ¡No te rindas! Dios te confió ese cargo por amor, y si lo haces bien ¡Te aseguro que pronto disfrutaras de los beneficios!

 ¡No permitas que los problemas te hagan dudar de quién eres en Cristo!

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