“Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
Jesús era muy claro en decir que no tendríamos que hacer tesoros acá en la tierra, pues todo lo que esta tierra ofrece es vano y pasara algún día, pero las cosas que son espirituales y que a lo mejor no se pueden ver con nuestro ojo humano o no se pueden tocar con nuestro dedo físico esas si son eternas.
Que sabiduría la que Jesús mostraba con unas palabras tan sencillas vistas en lo humano, pero con una profunda enseñanza en el ámbito espiritual: “donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
Yo te pregunto en esta hora: ¿Cuál es el obstáculo porque el cual aun no quisieras que Cristo viniera?, ¿Tu Familia?, ¿Tu trabajo?, ¿Tu dinero?, ¿Tus bienes?, ¿Tu enamorado?, ¿Tus hijos?, ¿Tu matrimonio?, ¿Tu pecado?, ¿Cuál seria el motivo por el que si Cristo decidiera venir mañana, tu no quisieras que eso ocurra aun?
Hay momentos en la vida en los cuales muchos de nosotros quisiéramos que Cristo tardara unos cuantos días, meses o años más. Recuerdo que durante mi transcurso por la universidad, me enfrente a una asignatura muy difícil de aprobar, recuerdo una inmensa alegría al ver que me había ido muy bien en el examen, pero durante esa semana tuve la oportunidad de testificarle de Cristo a un joven, quien acepto a Jesús como su Salvador personal y eso me agradó mucho… pero no tanto como la nota de mi evaluación. Esto me hizo recapacitar, ¿Dónde esta mi tesoro? Algo anda mal con mi relación con Dios si yo encuentro más placer en mis logros personales que en un alma pase de muerte a vida.
¿Estará mal entonces querer que me vaya bien en la Universidad?, ¿De querer que Cristo no venga hasta casarme o tener un hijo? Definitivamente no esta mal, lo malo esta en que dichas situaciones sean un tesoro tal de que me olvide de mi primer objetivo y tesoro preciado como lo es la salvación.
Hermano amado, ¿Dónde esta tu tesoro?, ¿Hay algo que amas más que estar con Jesús?, si eso es así, entonces yo te digo con toda certeza: AHÍ ESTA TU CORAZÓN.
Mi corazón no puede estar en algo que pasará, mucho menos en una persona que jamás te dará salvación, pues el único que te puede dar vida eterna es JESÚS.
Yo no se tú, pero yo quiero estar un día por toda una eternidad junto a Cristo. Que las cosas terrenales no le quiten el primer lugar a Dios y que mi deseo de su venida sea diario dejando aun lado todo sentimiento humano que en momento determinado me puede causar la perdida de mi objetivo eterno.
Si tu tesoro es tu familia, tu esposo, tu esposa, tu amigo, tu trabajo, tus bienes, tu dinero, tus hijos, tu novio, tu novia, etc. Créeme que ahí estará tu corazón.
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