martes, 29 de enero de 2013

Para vencer la pornografía, tienes que admitir que estás buscando felicidad en el lugar equivocado




Una parte de la promesa del cristianismo es que puedes ser restaurado y vivir según la fuerza y el propósito que Dios te ha dado. Si realmente has llegado a darte cuenta de todo lo que eres y todo lo que tienes en Cristo, y los planes que Dios tiene para que ayudes en la extensión de Su reino, te desharás de la pornografía que tienes y jamás volverás a ella. Serás como el hombre que encontró un gran tesoro en un campo, y luego fue y vendió todo lo que tenía para comprar el campo (Mt. 13:44).

Alejarse de la pornografía no es fácil; pero, si te rindes a Dios y te permites encontrar la vida que tu Creador quería para ti, verás que hay muchas cosas interesantes que pueden alejarte de ella —no sólo porque es algo inmoral y falso, sino también porque Dios ha hecho para ti una vida que es muchísimo mejor que aquella con la que te has estado conformando.

Jesús resucitó de entre los muertos para llevarnos de vuelta a una vida de «libertad» y de «gloria en gloria», donde somos liberados para vivir más cerca del propósito para el que fuimos originalmente diseñados. Esta es la razón por la que un hombre cristiano no se desanima, sino que quiere renunciar a «lo oculto y vergonzoso» (2 Co. 3:17-4:2). Cuando abras tu corazón para creer que en verdad hay una vida honesta de fortaleza, aventura y propósito para ti en el reino de Dios, querrás hacer lo que sea necesario para mantenerte alejado de la pornografía.

La conclusión final es esta: Dios tiene algo muy, muy superior que ofrecer, pero no lo encontrarás si sigues aferrándote al ídolo de la pornografía. Así como el profeta Jonás se dio cuenta mientras huía de Dios: «Los que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan» (Jon. 2:8).

A veces, puede ser difícil creer que en esta vida haya algo más de lo que nos ofrecen nuestros ídolos, en especial cuando no podemos verlo de inmediato como una imagen en alguna pantalla. Y Satanás no está dispuesto a ceder con sus mentiras. Él va a seguir intentando convencerte de que el mundo de las imágenes sexualmente explícitas es igual de bueno; pero esa es la razón por la que la fe es tan importante. Algunas veces la fe en la promesa de algo mejor es todo lo que tenemos para salir adelante (2Co. 5:7; He. 11:39-40).

Aunque los continuos líos y dolores de la vida en un mundo imperfecto pueden hacerlo difícil de creer, Dios tiene y quiere muchísimo más para nosotros. Pertenecemos a una historia más grande. Y, si confiesas tu pecado y te alejas de la pornografía, puedes regresar a Dios, encontrar tu lugar en Su historia, y comenzar a vivir de verdad.

Tomado del bog: http://ibejovenes.blogspot.com.ar/

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